Rey, he venido a dejarle hasta aquí una recomendación, que puede considerar si a vuestra Real Majestad le place. Creo que madame Therese, en lugar de emocionarse con tanto despliegue creativo de Su Alteza, está sufriendo de un miedo incontrolable a vuestro poderío y a los laberintos, pasillos, puentes, mazmorras y torreones de vuestra fértil imaginación. Os recomiendo calma, y como vuestra triministra os pido que no visitemos el aposento de madam para dejar susurros, consejos o comentarios, ya que se encuentra presa de una triste confusión y teme que los monstruos del averno, que han entrado a vuestro castillo, se sientan con el derecho de ir a acomodarse en sus dependencias, con lo cual, me ha dicho, se vería en la necesidad de bajar nuevamente el telón.
Ruego a Vuestra Majestad expresar su Real comprensión para la dulce Therese.
Yo creo, bufón, que podemos trabajar mancomunados. Siempre adoré a los bufones, juglares, artistas de feria, poetas, pierrots y colombines. Podeis venir a jugar conmigo y con el Rey, traédme adivinanzas, frases célebres, acertijos, poemas, canciones medievales y yo cuidaré que mantengas tu mazmorra como dependencia oficial para malechores. Yo te acepto. Convenceré a mi Rey, si no termina de volverse loco, que permita tu permanencia en el castillo cuanto sea necesario.
Tendrás sí algunas tareas. La primera es en el plazo de dos días como máximo encontrar un fresco, un gobelino o una pintura de caza para exponer en los salones de esta mazmorra ya que como tú sabes, a mí me gusta rodearme de imágenes. Horror al vacío, tú comprendes.
Bufón, el Rey está contento con nuestro trabajo, podemos descansar hasta esta noche cuando te haré un encargo para los próximos días.
Mientras, te ruego divertir a los torturados del Reyno, llama a los equilibristas, tragafuegos, bailarinas, poetas y juglares de las cercanías y celebraremos el día después de la luna llena. Ordena que saquen algunas botellas de antioxidante de las cavas reales, y que enciendan antorchas en todos los senderos colindantes al Reyno. Quiero luz y ventanas abiertas para que escapen todos los espíritus errantes, los duendes confusos y los amantes descubiertos en el lecho por las garras de la muerte. Quiero música de Carlo Gesualdo, pero yo la traeré con las indicaciones de cómo ponerla. Celebremos la vida Bufón.
7 DIÁLOGOS:
Rey, he venido a dejarle hasta aquí una recomendación, que puede considerar si a vuestra Real Majestad le place. Creo que madame Therese, en lugar de emocionarse con tanto despliegue creativo de Su Alteza, está sufriendo de un miedo incontrolable a vuestro poderío y a los laberintos, pasillos, puentes, mazmorras y torreones de vuestra fértil imaginación. Os recomiendo calma, y como vuestra triministra os pido que no visitemos el aposento de madam para dejar susurros, consejos o comentarios, ya que se encuentra presa de una triste confusión y teme que los monstruos del averno, que han entrado a vuestro castillo, se sientan con el derecho de ir a acomodarse en sus dependencias, con lo cual, me ha dicho, se vería en la necesidad de bajar nuevamente el telón.
Ruego a Vuestra Majestad expresar su Real comprensión para la dulce Therese.
Mi Rey,
debemos atender las peticiones
de Vuestra Amada
y de la Triministra.
Yo por mi parte
lo consideraré orden expresa
de inmediato acatamiento.
Por otra parte
me atengo a la vuestra
de abandonar grafitos
en el sitio vuestro
y adornarlo con mi aporte modesto.
Yo creo, bufón, que podemos trabajar mancomunados. Siempre adoré a los bufones, juglares, artistas de feria, poetas, pierrots y colombines. Podeis venir a jugar conmigo y con el Rey, traédme adivinanzas, frases célebres, acertijos, poemas, canciones medievales y yo cuidaré que mantengas tu mazmorra como dependencia oficial para malechores.
Yo te acepto. Convenceré a mi Rey, si no termina de volverse loco, que permita tu permanencia en el castillo cuanto sea necesario.
Tendrás sí algunas tareas. La primera es en el plazo de dos días como máximo encontrar un fresco, un gobelino o una pintura de caza para exponer en los salones de esta mazmorra ya que como tú sabes, a mí me gusta rodearme de imágenes. Horror al vacío, tú comprendes.
Esperaré tu atenta colaboración.
Oigo y obedezco.
Bueno, Triministra,mientras mantengáis al bufón en raya...
Alteza, el bufón ha cumplido el encargo que le hice, merece nuestra confianza.
Bufón, el Rey está contento con nuestro trabajo, podemos descansar hasta esta noche cuando te haré un encargo para los próximos días.
Mientras, te ruego divertir a los torturados del Reyno, llama a los equilibristas, tragafuegos, bailarinas, poetas y juglares de las cercanías y celebraremos el día después de la luna llena.
Ordena que saquen algunas botellas de antioxidante de las cavas reales, y que enciendan antorchas en todos los senderos colindantes al Reyno. Quiero luz y ventanas abiertas para que escapen todos los espíritus errantes, los duendes confusos y los amantes descubiertos en el lecho por las garras de la muerte. Quiero música de Carlo Gesualdo, pero yo la traeré con las indicaciones de cómo ponerla.
Celebremos la vida Bufón.